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martes, 18 de noviembre de 2014

La Gran Depresión.

“The Great Depression” analiza la situación actual de la depresión como enfermedad mental de importancia clínica cuyos avances en investigación, estudios y tratamientos vienen a ser escasos. Para empezar, ya el filósofo griego Hipócrates, padre de la medicina, pensaba que para tener salud había que mantener en equilibrio los cuatro humores, según él la sangre, la flema, la bilis amarilla y la melancolía, que llamó así al unir los términos 'melan' (negro) y 'jole' (bilis). Un exceso de esta 'bilis negra' provocaba tristeza en el individuo. Hipócrates ya era por tanto consciente de que se trataba de una enfermedad. Otro ilustre personaje de la cultura helena, Aristóteles, estaba convencido de que la mayoría de personajes relevantes padecían este problema. Sin embargo, el estigma asociado con las enfermedades mentales desalienta la lucha contra la depresión, a pesar de que la carga de trastornos en la sociedad es inmensa, tal y como apunta la revista científica Nature.
A la hora de tratar la depresión, surgen consecuencias erróneas derivadas de la simplificación que se ha hecho del término en los ámbitos sociales. Según la Revista de la Asociación Española de Psiquiatría (ASEPP), esta es la razón, por ejemplo, de que la mayoría de los pacientes que toman medicamentos para acabar con la depresión no se encuentran realmente deprimidos. El artículo señala que en demasiadas ocasiones se recetan este tipo de medicamentos con el fin de paliar situaciones emocionales no ligadas a un trastorno depresivo. No obstante, la ASEPP continúa apuntando que la llamada “depresión mayor” o “gran depresión” se encuentra en teoría mejor delimitada ya que el término implica “una cierta gravedad clínica”. Sin embargo, a la hora de la verdad, cuenta con los mismos obstáculos que el término “depresión”, esto es, que resulta confuso e impreciso, y generalmente es utilizado con demasiada ligereza.
Siguiendo con la revista Nature, cabe añadir que cinco décadas de trabajo en los fármacos antidepresivos no han bastado para aumentar las probabilidades de sacar a la gente de la depresión. Los medicamentos y psicoterapias ayudan a algunas personas con la enfermedad, pero a un número elevado de afectados no les son suficientes. En un estudio un realizado en entornos clínicos reales, un antidepresivo común produce una respuesta en menos de la mitad de los participantes, y alcanzó la remisión completa en sólo el 28%.
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Así pues, merece igual interés la repercusión geográfica de la depresión en el mundo. Nature nos desvela un hecho poco mencionado de la enfermedad. No se trata de una plaga occidental si no que muchos de los países más afectados son los que tienen menos recursos. Se considera que la ausencia de un diagnóstico claro y la falta de herramientas para entender las complejidades del cerebro han frenado la terapia y la investigación. De hecho, no todos los frenos del trabajo científico han sido por la falta de inversión e identidad social. Una parte considerable de los conocimientos necesarios han sido recientemente descubiertos.
La depresión es, definitivamente, el mal mental más común. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), 350 millones de personas padecen este mal en alguna medida. Aunque es mucho más frecuente en los países desarrollados, en los últimos años han sido diagnosticados numerosos casos en países en vías de desarrollo. Pero como se ha dicho anteriormente, en estos países no existen recursos ni servicios de salud eficientes, lo que dificulta el diagnóstico de todos los casos que podría haber en ellos.
La pregunta urgente es cómo superar esas barreras, para cuya respuesta los científicos están explorando varias rutas. La identificación de los genes asociados con la depresión ha sido una tarea ingrata7, pero se prevén avances para perfeccionar los tratamientos existentes, como la terapia cognitiva conductual. La esperanza está puesta en la efectividad de la investigación destinada a encontrar una ruta más rápida que conduzca a la cura de la depresión.
La Terapia Cognitiva de la Depresión, propuesta por Aaron Beck8, es un sistema explicativo de la depresión y cuadros relacionados, e incluye un programa de tratamiento. Desde el punto de vista cognitivo, es decir, el modo de razonamiento y procesos de pensamiento, se aprecia una forma de pensar negativa sobre la propia persona, sobre los demás, el mundo y el futuro. Este esquema propuesto por Beck se denomina tríada cognitiva. Además, el modelo de Beck es uno de los más influyentes en lo que a tratamiento se refiere. Establece una psicoeducación progresiva, un entrenamiento de todas las habilidades que la persona no tiene y cambios en su forma de pensar, expresarse, valorarse y resolver problemas, entre otros. El objetivo principal de esta terapia, que cuenta con algunas limitaciones, es enseñar a la persona a pensar de otra manera ante los problemas.
Como conclusión, Nature ha presentado el campo de investigación de una enfermedad subestimada cuyo caldo de cultivo es potencialmente equiparable a los efectos del cáncer. Teniendo en cuenta los factores críticos, vemos un acierto y una línea de interés a seguir el reconocimiento de la extensión geográfica de la sociedad, junto a los avances en tratamientos prácticos como la terapia cognitiva conductual. 

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